Son varias las situaciones en las cuales una persona puede acumular deuda en AFIP. Te damos algunos ejemplos:

1-Si se encuentra, actualmente, inscripto como monotributista o Responsable Inscripto, pero no pagó a término sus obligaciones.

2-Si se registró en AFIP para desarrollar una actividad económica en algún momento, ya no la realiza en la actualidad, pero no solicitó la baja de sus impuestos.

3-Si registró la baja de sus impuestos, pero igualmente tiene períodos sin abonar.

¡En todos los casos, la deuda acumulada generará intereses!

Si dejaste de pagar tus impuestos, habrás acumulado deuda de IVA, Ganancias, Autónomo, Monotributo o Convenio Multilateral, según tu condición ante AFIP.
Estas obligaciones  impagas acumularán intereses a lo largo del tiempo. En caso de no regularizarlas, pasarán a la etapa judicial.

Ambos conceptos comprenden impuestos impagos. La diferencia es que en la deuda general, sólo se acumulan intereses resarcitorios (intereses que se originan por no haber cumplido el pago en tiempo y forma).

Cuando una deuda se encuentra en una etapa más avanzada, AFIP iniciará un juicio. Para regularizarla, además de abonar el capital original y los intereses resarcitorios, será necesario pagar intereses punitorios (los mismos se originan al iniciarse la demanda), y el honorario del abogado interviniente. Muchas veces, en esta instancia, AFIP aplica una traba de embargo al contribuyente.

Regularizar tu deuda a través de una moratoria o plan de pagos de AFIP, te permite acceder a importantes beneficios, como cancelar los montos en cuotas, u obtener descuentos por pago al contado. Muchas veces, AFIP lanza moratorias especiales que poseen reducción de deuda o quita de intereses, y una financiación con muy baja tasa de interés.